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Si sientes que algo quema por dentro expúlsalo, déjalo salir... ¡Suéltalo! porque lo que deviene del corazón es puro y auténtico, nos asciende, nos libera… Germinará la creación de la pasión, dejando una estela se volverá visceral perdurable en el tiempo. La vida nos cubre de vida y del dolor vendrán nuevas esperanzas; horizontes de puro fuego por alcanzar. Templo nuestro el cuerpo, alma mía, alma inquieta, sedienta de inspiración y regocijo, te oigo... espíritu vivo es lo que debe arder . El Arte es el camino a la introspección Y el vivir en plenitud. Lola.R

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor  Esperábamos a las doce, para cenar, ver una película en el sofá, desnudar el terciopelo del colchón que nos cobijaba para envolvernos, entre el sudor, el frío y el calor, dos núcleos que hacían en una palabra un gemir de pasiones intensas. Explotamos mil veces en fragmentos de galaxias, nuevas razas surgieron de tan placentero movimiento, fui la madre tierra y tú el mar salvaje, fecundamos el vientre del infinito vacío, iniciamos guerras sin armas, se originaron terremotos, tsunamis, inundaciones y grandes maremotos, cada chocar de cuerpos, cada roce de labios, las mordidas en el cuerpo crearon cráteres volcánicos, fuimos día y fuimos noche, fuimos huracanes, cada vez que nos entregábamos a aquello que aún desconocía la humanidad. Mánu Ortega

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor  ¿Dónde van las cigüeñas? ¿Dónde van las cigüeñas muertas? ¿Dónde sus huesos blancos y plumas negras? ¿A qué ultramundo, cielo o infierno? ¿Será virtud o pecado matar tantas culebras? ¿A qué cementerio de aves puedo llevar una rosa? ¿Dónde van los sentimientos? ¿Dónde el cariño y la ternura? ¿Será virtud o pecado, galopar sin rienda, bocado, ni ataduras? ¿A qué cementerio de amores puedo llevar una rosa? ¿Dónde van las poesías? ¿Dónde lo vivido? ¿Será virtud o pecado transmitir lo sufrido y gozado? ¿A qué cementerio del olvido puedo llevar una rosa? Jesús Martín García. También te puede interesar : Escarcha

A  Miguel Hernández Fríos presagios, abatida el alma. Con dolor y rabia escribías tu nana. Delicada seda que la noche, con agujas de hielo y muerte teje. Purificadora guadaña que en sueño erterno sumerge. Mis huesos, mi carne no te quieren. En la curva umbría con ella de nuevo te alías. Porcelana que el calor resquebraja, los rayos de la mañana, tu ruda belleza en pedreria fina convierte. Sol que me vences, me nutres.  Vuelvo al anochecer para vengarme. Mis poesías, ahora frías en papel inerte, en tus manos vivirán cuando mi cuerpo helado y sin vida quede. Jesús Martín García. También te puede interesar : Sobre fuegos en el camino

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor Nació el lucero del alba, portador de rebelión. desolada la tierra que habita; y nunca le vi de rodillas, sino muriendo en la vorágine de luchar sin armadura. Una vez amé esos ojos miel, agrestes como hogueras encendidas, lunas llenas, y odié verlos de lejos inalcanzables. En el camino lo decidí: ¡Seré un demonio! Desolada la tierra y ya no la habito, pues yo la poseo. También en su momento canté versos al mundo. Él escucho y me dijo: ¡Calla! ¡No serás más lucero! Abraza la oscuridad, las raíces, la idiotez circundante. Y abrazando árboles comprendí por fin que nací alumno, no maestro. Ya no todo lleva su nombre, ahora mutó, solo fue una escala, la más hermosa, la más salvaje, la vi entre añil y aguamarina, efímera. Un sueño. El final del camino lo recorrerá este fuego, apagado, sólo, sentado en la orilla, puede que roto, pero nunca más pequeño. Esperaré frente al mar,

Encantador momento en el cual la sabanas tan blancas como la nieve acarician tu cuerpo y dejan caer suavidad sobre la tersa y hermosa piel que el viento acaricia una y mil veces mas, esta noche y cuántas noches más podría ser viento y jugar con tu cabello, ésta y mil noches más cuántas veces mas podría ser viento y rosar tus labios carnosos que provocan el más eterno beso encarnado en piel y deseo.  Desnudaré tu alma con mi pensamiento, fornicaré tu corazón con mis palabras, acariciaré tu corazón con mis suspiros y beberé de tu manantial de vida hasta tu último suspiro, dejaré en ti la huella de mis labios, en cada rincón de tu mente dejaré mis caricias, en cada pensamiento y en cada sensación estaré en ti y despertaré lo que en tu cuerpo estaba escondido para deleite de mi alma.  Mánu Ortega También te puede interesar : Sin respuesta

Miradas que llaman, miradas que matan, desvelos furtivos y no concluidos, labios de fuego, labios de juego, labios asesinos en un mundo de enredos, seres de luz, seres de oscuridad, seres de este mundo y del mas allá, ¿cuál de todos eres y en cuál te conviertes cada que llega la noche y cada que llega el día, a que brazos te has lanzado y en que brazos habéis despertado, qué labios te han profanado y a qué labios habéis matado?.  Mánu Ortega

Aquella noche descubrimos el amor… Nos arropamos con luceros y estrellas. Divisamos una lluvia de amapolas, entre los claros que dejaban las penumbras, condenados a muerte... como yo. Aquella noche… descubrimos el dolor con la ternura invicta pecho adentro… Sus ojos se hundieron en la nada y emigró para siempre, en los recovecos secretos de la guerra. Nada la detuvo... ni mi sombra. Llenaba ceniceros pensando en ella sin dios, sin calor, sin suerte… sin ella. Marden Nóchez

    "yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema." Jaime Gil de Biedma Imagínese usted lector, mi prójimo, una mujer de cuatro estrofas; que sonría con la dulzura de un verso, o transite la vida con la libertad de la prosa imagine usted una mujer poema: tal vez de los intrincados, que deba acudir a la maravilla de leerla y releerla, o mas bien de aquellos sencillos que da gusto recorrerlos desde el titulo al ultimo punto no contaría con autor, pues seria de quien disponga, y aun así nadie tendría la fortuna de manipularla. imagínese usted lector, mi prójimo, recibiendo una rima en carácter de mirada, o qué mejor que una caricia sinalefa; imagine usted una mujer poema, que se le plante firme como una copla ante su vida métrica imagínese usted y ella; siendo poema, compartiendo la misma hoja, construyendo una misma historia. Pablo Yair Pontoriero

No me sueltes, Me siento tan desnuda que si no calmas mi piel con tu caricia sucumbiré a mi soledad. No te sueltes, Si no encuentro tu roce en mi noche perderé la luna. Déjame sentir esta atadura, mis manos y tus manos sumergidas, Mis dedos suplicando compañía. Haz que tiemble mi tierra cuando desentierres mis raíces con la misma fuerza con la que me siembras. Por favor no me sueltes, Líbrame de la ausencia. Sujétame , Mi sitio está en tu abrazo, Mi fe se pierde si no respiras en mi ocaso. Katia Márquez

Soñé con tus ojos pero no eras vos, era solo el azul turquesa del mar que reflejaba el sol, solo el recuerdo sutil y luminoso de tus ojos. Eran tus ojos pero no estabas vos ni tu piel ni siquiera tu mirada. Estaban vacíos como vacío está el recuerdo de tu amor lejano. Eran tus ojos: ensoñados, cristalinos, frágiles… pero no estabas ahí, como no estás hoy ni estuviste ayer y quizá como no estarás mañana ni los días que vendrán. Pero tus ojos sí. Tus ojos están como un recuerdo que sigue brillando en un rincón oscuro, como una estrella fugaz en mitad de la noche, como el deseo perturbador de un regreso incierto, como el anhelo de un amor que quizá nunca fue pero quizá será. Tus ojos son el motivo que me impulsa a despertar del sueño en el que sueño solo para verlos otra vez. Paula Blanco

Quisiera que te vieras con mis ojos y notaras lo que yo cuando te miro; en tu rostro, la luna; en tu boca, un manantial; en tus pechos, un poema. Ojalá las canciones te hablaran al oído susurrándote mi nombre en cada nota y tus labios lo cantaran. Búscame donde quieras buscarme y encuéntrame metido en tus libros, confundido entre tus sueños, abrazándote en las sábanas. Y si no me encuentras, invéntame. Invéntame de barro, de hojas secas, de plumas amarillas: así como yo te invento cuando me haces falta y al inventarte imagino que me amas. Quiero que te enamores de mí para darte esta rosa que crece en mi pecho. Quiero para ti la dicha. Quiero para tu rostro, la luna; para tu boca, un manantial; para tus pechos, un poema. Por eso quisiera que te enamoraras de mí y así poder dejar de inventarte. Saúl Juárez

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor Busco surcos y recovecos dentro de mi memoria, ápices de azul marino ¡Cuan fácil fue dibujar medias lunas en mi rostro entonces reluciente! Busco en lagunas saladas olvidadas por mí mismo una punta de flecha, y la gota oscura que se infiltra cada día en mis ojos. ¡Maldito ese día que amé! Busco tallos cortados, migas de pan lanzados quizás adrede, solo quizás, marcas en las cortezas o hierba pisada muy fuerte ante mi paso de antaño. Busco los mismos ojos, siempre la música real de risas propias y ajenas, la marca sobre su boca que dejó mi paso fugaz por la costa de su vida. José Quirós. También te puede interesar : Sobre cuestiones abiertas 

¿Por qué no eres agua y te evaporas en el calor con el que te recuerdo? ¿Por qué no moriste tan solo dentro mío, dejando tirado el recuerdo en tu huida? ¿Por qué es tu frío siempre el que me congela, y no la luna llena de tus ojos? ¿Por qué eres aún más bella cuando te miro a contraluz de un recuerdo color miel? ¿Por qué con el tiempo fuiste la suma de todas mis soledades y la resta de tiempos remotos? José Quirós. También te puede interesar : Lloraré

Una mañana al despertar, yo me di cuenta ella no está, Salí a buscarla y encontré, que ella marchaba y ¡no lo sé!, Fue una historia sin igual, yo la perdía y sin pensar, Aún yo guardo su calor, que ella brindaba con amor. Fueron aquellos días pues, llenos de ganas de vivir, De continuar y sin dormir, solo besarla y existir, Aquellos besos que dejé, olvidados en su piel, A recobrarlos volveré, y sin prisa besaré, Aquellos labios como ayer, solo esperando su volver… Y lloraré… Porque marchaste lloraré, Sin despedirte sin saber, Que no fue un sueño, ni un recuerdo, yo le buscaré… Y lloraré, Hasta encontrarla lloraré, Hasta alcanzarla y así saber, Que no fue un sueño, ni un recuerdo, Yo te buscaré, yo te buscaré… Y otra noche, En silencio… lloraré… Javier E Perales

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor ¿Llamarla? quizás en sus sueños, quizás en esta vida, quizás en otra vida, no soy el valiente que quizás esperas, pero soy alguien que arriesga su vida por tan solo una sonrisa, ella no es mía, ni lo será de nadie, ella no tiene dueño ni le pertenece a nadie, ella es del viento, ella es indomable, ella es la fiera que todo hombre quiere amansar, pero en el intento se echan para atrás, ella no es para nadie, ella es de ella misma. No intento acercarme, pero intentaré mirarle a los ojos, y cuando eso suceda espero no se asuste la fiera, pues nadie sabe a quién mira o que otro tipo de demonio puede encontrar en el camino, no soy simplemente un artista, más que eso, soy un soñador, un hombre con convicción y ambiciones. Mi más bella ambición está ahora siendo presa de los brazos del viento que sutilmente le abrazan la acaricia y le hace el amor como nunca mientras cierra los ojos y se deja llevar por el único viento capaz

No dejes de leer : Poemas de amor y desamor Más allá de los ojos, donde anida el recuerdo... Emergen ante mí, altivas, doradas, aquellas dunas teñidas de sol. Horizontes perdidos . aroma de mar, un amor de verano que el invierno alejó. Sepultados en la arena se durmieron los besos, volaron al viento las palabras de amor. Sacudón de nostalgia. que humedece mi rostro, y una lágrima cae empapada de sal. Paula Roda También te puede interesar: Sueños sin cumplir

No dejes de leer: Poemas de amor y desamor Oscuridad, que fuiste cómplice de un momento delirante, momento en el que solo tú mi triste sombra, mirabas como cada suspiro, cada segundo de respiraciones compartidas daba rienda suelta al acto más hermoso,que solo los amantes de media noche son capases de conocer, mas allá del solo placer carnal. Tú, la que apenas dejabas ver celosa las mirada difuminadas que dos cuerpos dejaban caer al mundo, presos de la noche dieron rienda suelta al acto de amor, presos del temor,dejaron que sea la noche el único testigo de un mar de delirio, tierno delirio, momento en el cual,tú, la celosa oscuridad, opacabas los momentos con nubes nocturnas,golpes de viento. Solo el frío era quien interrumpía tal momento, cada beso, cada suspiro, cada palabra en voz baja,dejaban que la noche se hiciera más y más larga convirtiéndose ese instante en la noche mas larga de sus vidas para los amantes de medianoche. Mánu Ortega También te

Hoy saqué del jardín las hojas muertas que cumplieron su ciclo y han caído. Son las mismas que admirando su verdor tantas veces mi mano acarició. Las saqué del jardín y pensativa comparaba esas hojas con la vida. Son los años vividos que se apilan a lo largo del camino recorrido. Son los días del amor que se han ajado sin poder resistir las tempestades. Las barría pensando en ¡tantas cosas! En mis años cansados y sufridos… de mi amor, mi entrega y mi cariño ¡tantas hojas! desprendidas por el viento del olvido los sueños que he tenido y se han perdido un manojo de ilusiones que murieron apenas comenzaron a crecer. Los pequeños y grandes desengaños y aquellos desencantos que viví todo aquello que soñé y no se cumplió y ese espacio de tiempo entre el amor y los tristes y grises del dolor. Voy barriendo las hojas desprendidas y no saco de mi mente... ¡esta triste injusticia de la vida! Sandra Hamberg

Solo interrumpo tu eternidad De vez en cuando, no siempre Cuando la alegría lo amerita cuando nuestro “amor” hecho persona expresa, emociona, conmueve. Solo ahí, interrumpo tu eternidad Y te invito a la fiesta. Christian Rubin También  te puede interesar: Piel de seda

No dejes de leer: Poemas de amor y desamor Vamos a quitarnos las máscaras y rasgar las vestimentas que nos envuelven en las sedas de amoralismos, vamos a dejar que la vida nos muestre el camino y nos dé la oportunidad de tomarnos de la mano y hacernos el amor con el pensamiento mientras miras el techo de tu lado y yo del mío, vamos a fingir que queremos ver una película pero en realidad vamos a dejar que el cuerpo y los suspiros hablen por si solos, vamos a darle rienda suelta al pensamiento, vamos a darle rienda suelta a las caricias que sentirás con mis labios cada rincón de ti, vamos a dejar que el mundo se detenga mientras la vida nos exprime en el calor del deseo, vamos a dejar que dos cuerpos y dos almas se enciendan ésta y cada noche mientras se desborda el calor de tu cuerpo y el mío en una fundición de deseos y música de esa que solo nosotros disfrutaremos en ese instante... Mánu Ortega También te puede interesar: Ayer soñé