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No te vayas...

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De la trágica sombra del olvido en tropel me llegaron tus palabras, sólo tres en tu voz permanecieron: ¡no te vayas! Gerardo Molina

Urgente...

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Urgente...Se necesita abrazo con o sin experiencia para un corazón a punto de congelarse. Anna Bahena

Poema 6 - Pablo Neruda

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La frase de la imagen es ilustrativa  No pertenece a Pablo Neruda Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas. Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma. Pablo Neruda - Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Amor - Pablo Neruda

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La frase de la imagen es ilustrativa No pertenece a Pablo Neruda Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos como de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal. Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, porque tu ser pasara sin pena al lado mío y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-. Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más y más. Pablo Neruda Te puede interesar : Poema 18 - Pablo Neruda Poema 20 - Pablo Neruda Soneto II - Pablo Neruda

La renuncia - Andrés Eloy Blanco

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La frase de la imagen es ilustrativa No es de  Andrés Eloy Blanco He renunciado a ti.  No era posible. Fueron vapores de la fantasía; son ficciones que a veces dan a lo inaccesible una proximidad de lejanía. Yo me quedé mirando cómo el río se iba poniendo encinta de la estrella... hundí mis manos locas hacia ella y supe que la estrella estaba arriba... He renunciado a ti, serenamente, como renuncia a Dios el delincuente; he renunciado a ti como el mendigo que no se deja ver del viejo amigo; Como el que ve partir grandes navíos como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes; como el perro que apaga sus amorosos brios cuando hay un perro grande que le enseña los dientes; Como el marino que renuncia al puerto y el buque errante que renuncia al faro y como el ciego junto al libro abierto y el niño pobre ante el juguete caro. He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia; como esos granujillas otoñales, con los ojos estáticos y las manos vacías, que

A ras del sueño - Mario Benedetti

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La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a Mario Benedetti Sólo una temporada provisoria, tatuaje de incontables tradiciones, oscuro mausoleo donde empieza a existir el futuro, a hacerse piedra. Nada aquí, nada allá. Son las palabras del mago lejanísimo y borroso. Sin embargo, la infancia se empecina, comienza a levantar sus inventarios, a echar sus amplias redes para luego. Es una isla limpia y sobre todo fugaz, es un venero de primicias que se van lentamente resecando. Queda atrás como un rápido paisaje del que persistirán sólo unas nubes, un biombo, dos juguetes, tres racimos, o apenas un olor, una ceniza. Con luces queda atrás, a la intemperie, yacente y aplazada para nunca, sola con su aptitud irresistible y un pudor incorpóreo, agazapado. Para nunca aplazada, fabulosa infancia entre sus redes extinguida. Por algo queda atrás. Esa entrañable cede paso al fervor, al pasmo, al fruto, el azar hinca el diente en otra bruma, somos los moribundos que nacemos a la carne,

Sombras de ti

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Por lo que fuiste, sin nunca haberlo sido Por lo que pudiera haber sido Si apenas lo hubieras querido. Te guardo, en las entre líneas de mis pensamientos; Te recuerdo, en las reticencias de mis sentimientos. Estando contigo me habría quedado Con apenas una palabra Para siempre a tu lado Te alejaste; nos alejamos Sin decirnos nada Para siempre nos olvidamos Cada uno con sus propias heridas Sin pensarlo ni lamentarlo Fuimos llevando nuestras vidas No decimos nada y callamos Pero de vez cuando y sin quererlo Solos y en silencio, lloramos. Y yo todavía... Te guardo, en las entre líneas de mis pensamientos; Te recuerdo, en las reticencias de mis sentimientos... Christian Lubascher

Fuimos lo que fuimos - Jorge Drexler

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La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a  Jorge Drexler Porque entre el lunes y el martes me sobra tiempo para necesitarte, porque me miento si digo que tu mirada no fue mi mejor testigo, porque aunque ya no me duelas a veces busco tu nombre en mi chistera, porque aún no vino el olvido para llevarse el último de tus abrigos. Por los besos que aún nos quedan en la boca, por los miles de homenajes que nos dimos, por nadar y no guardar nunca la ropa, por los dedos juguetones del destino, porque fuimos lo que fuimos, porque fuimos lo que fuimos... Porque puesto a confesarte, aún le tengo miedo a tenerte delante, porque en cuanto me descuido me atropella algún recuerdo en el pasillo, porque no puedo negarte que te quise sin querer y más que a nadie, porque mi doctor previno que para este corazón estás prohibido. Jorge Drexler

Poema 16 - (XVI) - Pablo Neruda

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La frase de la imagen es ilustrativa No pertenece a Pablo Neruda En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero. Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces, y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios: oh segadora de mi canción de atardecer, cómo te sienten mía mis sueños solitarios! Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo estanca como el agua tu mirada nocturna. En la red de mi música estás presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. En tus ojos de luto comienza el país del sueño. Pablo Neruda - Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Olvido - Carlos Medellín

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La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a Carlos Medellín Se me olvidó tu nombre,no recuerdo si te llamabas luz o enredadera, pero sé que eras agua porque mis manos tiemblan cuando llueve. Se me olvidó tu rostro, tu pestaña y tu piel por mi boca transitada cuando caímos bajo los cipreses vencidos por el viento, pero sé que eras Luna porque cuando la noche se aproxima se me rompen los ojos de tanto querer verte en la ventana. Se me olvidó tu voz, y tu palabra, pero sé que eras música porque cuando las horas se disuelven entre los manantiales de sangre mi corazón te canta. Carlos Medellín