Los estragos de un amor herido


Sabes princesa, he tratado de llamarte, busco la forma de enamorarte,
pero no logro llegar a tu corazón, estoy desvelado creando
escritos con el alma dañada por los desprecios impregnados.

El seguir esperando tortura mi existencia, quisiera estar contigo,
sublime evocación de un amor desprendiendo una ansiedad, me hace gritar,
¡Te necesito! ¿Qué tan grandes son tus heridas? Desprecias el amor tocando
la puerta, te niegas a recibirlo.

Porque te torturas y vives en el recuerdo, olvida y vuelve a levantar las alas
al vuelo, regresa con tu cara sonriente de frente a recibir el amor,
no esperes, el tiempo es cruel, puede acabar con la ilusión de un nuevo amor.

Comprende la falta que me haces, busquemos paz en nuestros corazones
sepultando el pasado, convirtiendo la soledad en felicidad, alimentando
los días en un profundo amor cada mañana.

Si no soy yo quien tenga tu amor, no importa, entendería tu proceder,
te quiero tanto que buscaría serenidad, pensaría; alguien la cuida, la quiere y
encuentra refugio en él.

Debes saber que tu dolor es mi sufrimiento
y la felicidad, alegría de mi alma.

Gustavo Huerta
G.H.

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