Ajedrez - Rosario Castellanos


Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
Encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

Rosario Castellanos - Poesía no eres tú.

Entradas más populares de este blog

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Poema 4 - Pablo Neruda

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Hilo rojo

Digo que no puede decirse el amor... - Jaime Sabines

Fuego mudo - Mario Benedetti

Escondido y lejos