Rosa de Lima -Joaquín Sabina
rodando por peldaños de caracol,
desembocó en un laberinto de andenes
diciendo adiós a los trenes
que pierdo yo.
Jimena tiene un máster en desengaños,
Jimena es una mina antipersonal,
se acuerda de quererme cada dos años
para olvidar.
Jimena no traiciona por treinta lucas
y en vez de silicona bajo el jersey,
tiene un jardín con dos terrones de azúcar
y un popurrí de Chabuca
con J.J.Cale.
Rosa de Lima, prima lejana,
lengua de gato, bicarbonato de porcelana,
dolor de muelas, pan de centeno,
hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.
Ropa de abrigo, ven, vente conmigo.
Jimena no deshoja las margaritas
por miedo a que le digan que sí,
cuando se le atragantan mis nochecitas
le canta las mañanitas
el rey David.
Los dioses que me quitan los pies del suelo
planchan su camisita y su canesú,
su nikon, su abanico de terciopelo,
su bolsa de caramelos,
y su rithm and blues.
Horizontal seis letras nombre de dama,
maldito crucigrama, maldito Bryce,
se mueren los botones de mis pijamas
desde que nadie me llama
supay, supay.