Enloqueciendo.

Todos los días son semejantes; no cambia nada,
estoy aprendiendo a vivir con las incertidumbres,
sin embargo, trato de redimir tu amor, hay trance,
lidio por estar contigo, si, todavía dentro de tu brío.

Tu proceder caprichoso menoscaba cada vez más,
responder a mi pasión es como buscar un ángel en el odio,
no dejes inhumado lo que tanto costó levantar,
dime ¿Por qué es tan difícil acceder a mi regazo?

Si no es viable seguir contiguos, ¡Decídete por bondad,
acosemos el amor, que inhale en nosotros, que no salga!
… O bien, concede tu cruel olvido para colocarlo en el baúl,
aquel, donde sitúo las tristezas, que desgarré cuándo te conocí.

Con el recuerdo estoy enloqueciendo sin aire en el agua,
no hay sosiego en el alma, sangra en gota cruel que me disipa,
solamente zozobras hay en mí y así tengo que existir,
porque más vale un amor dolido destrozado por el tiempo,
que vivir desértico del corazón, arrastrado por la soledad.

Gustavo Huerta
G. H.

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