Mujer de hielo...



Mujer de hielo:
¡Vaya que es fría tu alma!
a veces temo poseerte
y que mi deseo se congele
en el tramo hacia tu sexo.


Eres fría, mujer,
tu misma mirada
me da la espalda,
me abofetea,
me odia,
y luego me abraza,
pero aún lejana.

Me tiendes tu mano sutil,
yo la tomo, y me rechazas.
¿Por qué eres tan fría,
maldita sea?
¿En qué parte del camino
se heló la llama de tu alma?
Que ahora la luna llena
en tu piel busca su esencia
y no en el espacio vacío.

No me engañas mujer,
tú no eres fría:
¡Eres calor en reposo
implorando ser despertado!
Tu boca ávida de llamas.
Tu piel ambiciona cuerpos.
Tus ojos anhelan ser
el refugio de un sol moribundo.

Juega ahora a ser mujer de hielo.
Yo encenderé en tu alma
una hermosa hoguera
que te adornará la sonrisa,
y llenaré con lenguas de fuego
hasta el rincón más recóndito
de tu cuerpo hecho agua.



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