Anhelos.

Tu besas los labios que ya no hablan miras unas cuencas de ojos vacías y ves como la piel es la que percibe el palpitar de un corazón desbocado que corre directo hacia el abismo. Tú sientes el toque del viento y la voz como susurra el nombre sin cuerpo Tú hablas a esa esfinge sorda y muda que no conoce de enigmas ni amores. Tú hiciste de todos mis días la noche sin luna más oscura y el gemido que rompe mi rutina. No dejes que mi mirada muera sin cruzarse una vez más con la tuya. Que ya no soy yo quien habita mi alma. José Quirós