La frase de la imagen es ilustrativa ¿Qué te ha dado el pasado? ¿la fuga que te mira en el espejo? ¿aquel fantasma que te desbarata? ¿la sombra de tus nubes? ¿la intemperie? Rápido como el río ha transcurrido pero ocurre que el río no envejece pasa con sus crujientes y sus ramas sus duendes y su cielo giratorio. Quedaron armoniosos pero inmóviles tu mayo de piedad, tus artilugios todo el prodigio se volvió espesura y la espesura se llenó de tedio; ya no llueve en tu olvido, ni siquiera en tu pobre redoma o en las tapias, aunque el pasado está escondido y lejos no tienes más remedio que mirarlo. Mario Benedetti
La imagen de la frase es ilustrativa No pertenece a Mario Benedetti cada vez que te vayas de vos misma no olvides que te espero en tres o cuatro puntos cardinales siempre habrá un sitio dondequiera con un montón de bienvenidas todas te reconocen desde lejos y aprontan una fiesta tan discreta sin cantos sin fulgor sin tamboriles que sólo vos sabrás que es para vos cada vez que te vayas de vos misma procurá que tu vida no se rompa y tu otro vos no sufra el abandono y por favor no olvides que te espero con este corazón recién comprado en la feria mejor de los domingos cada vez que te vayas de vos misma no destruyas la vía de regreso volver es una forma de encontrarse y así verás que allí también te espero. Mario Benedetti
La frase de la imagen es ilustrativa No pertenece a Luis Ramiro Sé que no soy el primero ni el último idiota que se juega la bolsa, la vida y el alma por ti, el futuro contigo es seguir tu tacón de Pandora, el presente a tu lado un pasado del que huir. Tengo que hacer testamento por si sobrevivo dejaré mi epitafio en tu ombligo pintado a carmín, mi venganza es la torpe esperanza que los que han perdido, la nostalgia es la única foto que guardo de ti. No te voy a engañar, tengo poco que dar, mis anhelos, mi rabia, mis fobias. Soy un hombre normal, es la curiosidad la que me hace perder tus formas, la que me hace olvidar tus normas. Eres mi fruta mortal, mi anticristo y mi diosa, mi ascensión, mi caída, mi sombrero de espinas rosa, mi consuelo de tontos, mi canción para sordos, mi noche sin sal, mi tesoro en el fondo del bar, mi armadura hecha escombros. Sé que no soy el primer ni el penúltimo idiota que ha intentado atrapar una sombra con un calcetín, fui tan necio de abrir de u
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes Pero el Jardín Botánico es un parque dormido En el que uno puede sentirse árbol o prójimo Siempre y cuando se cumpla un requisito previo. Que la ciudad exista tranquilamente lejos. El secreto es apoyarse digamos en un tronco Y oír a través del aire que admite ruidos muertos Cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes Pero el Jardín Botánico siempre ha tenido Una agradable propensión a los sueños, A que los insectos suban por las piernas Y la melancolía baje por los brazos Hasta que uno cierra los puños y la atrapa. Después de todo el secreto es mirar hacia arriba Y ver cómo las nubes se disputan las copas Y ver cómo los nidos se disputan los pájaros. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes Ah pero las parejas que huyen al Botánico Ya desciendan de un taxi o bajen de una nube Hablan por lo común de temas importantes Y se miran fanáticamente a los ojos Com
La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a Mario Benedetti La piel acariciada se acabó se acabaron las manos que encendían los pulmones que juzgaban el aire las piernas que enseñaban el camino se acabó el cuerpo penetrando en el mar el cuerpo catedral o lastre o surco el cuerpo a plazo fijo el abrazable el cuerpo condenado se acabó quedan no obstante indicios generosos arrabales o esencias provincias de entusiasmo árbol al que miraron ojos que ya no existen y hace gala de aquel vistazo tutelar como si se tratara de su hoja más verde senderos que los idos transitaron o abrieron asumen en la tarde una libre tristeza algo así como sauces o memorias por donde ellos pasaron o amaron o riñeron riñen aman o pasan futuros inmortales esos que un día perderán la piel los brazos los riñones las mejillas el sexo y sin embargo sobrevivirán en el mágico vientre de una mujer de barro en la veracidad de un semejante en la usada decencia de una cas
La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a Mario Benedetti La vida cotidiana es un instante de otro instante que es la vida total del hombre pero a su vez cuántos instantes no ha de tener ese instante del instante mayor cada hoja verde se mueve en el sol como si perdurar fuera su inefable destino cada gorrión avanza a saltos no previstos cómo burlándose del tiempo y del espacio cada hombre se abraza a alguna mujer como si así aferrara la eternidad en realidad todas estas pertinacias son modestos exorcismos contra la muerte batallas perdidas con ritmo de victoria reos obstinados que se niegan a notificarse de su injusta condena vivientes que se hacen los distraídos la vida cotidiana es también una suma de instantes algo así como partículas de polvo que seguirán cayendo en un abismo y sin embargo cada instante o sea cada partícula de polvo es también un copioso universo con crepúsculos y catedrales y campos de cultivo y multitudes y cópulas y desembarcos y borracho
Las mejores frases y Poemas de amor y desamor Amor, en estas noches luminosas de estío que cada estrella diga mi amor en tu ventana. No habrá fulgor insomne que no sueñe contigo, rezuma cada astro la pasión de mi alma. De memoria tan fiel, tiene cada latido, efímero y terreno, celeste resonancia, deseos vagabundos y olvidados deliquios el trémulo perfume guardado por mil arcas. Y el beso, el primer beso, fulge como un divino rubí de luz que solo los Cielos constelara. Amor, en estas noches luminosas de estío que cada estrella diga mi amor en tu ventana. La estelar armonía: siderales caminos, mundos etincelantes, miríadas fantásticas, son suspiros y quejas y sueños infinitos y voces febricientes apenas pronunciadas. Porque atesora el cosmos como un inmenso espíritu las gigantes y ardientes tempestades del alma, amor, en estas noches luminosas de estío que cada estrella diga mi amor en tu ventana. Gerardo Molina