Canción para el amor distante







La frase de la imagen es ilustrativa




De mi vida a tu vida rodeada de cerrojos
extendió la distancia sus espinas más cruentas.
Huérfano de tus manos, amor, camino a tientas
como si, de repente, me faltaran los ojos.
¿Es preciso que hieran mi pie zarzas y abrojos
para que tornes, dicha? ¿Por qué estas horas lentas?
¿Y, por qué, cuando estallan mis ansias más violentas,
los caminos diluyen mis osados arrojos?
Huérfano de tus manos, soy árbol sin ramaje
y acequia sin cristales. ¿Cómo oír sus rumores
o, en la ausencia sin culpa, adivinar sus rastros?
Cómo, si estás tan lejos, sabré de aquel lenguaje
que aprendieran, de niñas, adorando las flores
para entender, nocturno, las voces de los astros.

Gerardo Molina

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