El adiós - Atahualpa Yupanqui/ Víctor Heredia
Cuando derrame el verano
toda su miel sobre el río,
cuando el sol rejuvenezca
con la risa de los niños,
y el amor juegue sus juegos
como el viento entre los pinos,
y el campo encienda sus verdes,
y el mar suelte sus navíos,
cuando la última flor
del cerezo haya caído,
amiga, yo estaré lejos,
muy lejos por el camino.
Aunque llores lo que llores
sobre este corazón mío,
aunque convierta mis manos
en cuna de tus suspiros,
aunque se queden tus ojos,
tras de mi huella prendidos,
y yo camine en lo llano
como bajando al abismo,
cuando la última flor
del cerezo haya caído,
amiga, yo estaré lejos,
muy lejos por el camino.
Sé que te recordaré
más allá de lo infinito
nuestro andar bajo la lluvia
platicando como niños,
o adorando tu pureza,
con sueños y cantos míos,
pero por más que callemos,
y aunque sintamos lo mismo,
cuando la última flor
del cerezo haya caído,
amiga, yo estaré lejos,
muy lejos por el camino.