Las mejores frases y poemas de José Ángel Buesa Ya sólo eres aquella que tiene la costumbre de ser bella. Ya pasó la embriaguez. Pero no olvido aquel deslumbramiento, aquella gloria del primer momento, al ver tus ojos por primera vez. Yo sé que, aunque quisiera, no he de volverte a ver de esa manera. Como aquel instante de embriaguez; y siento celos al pensar que un día, alguien, que no te ha visto todavía, verá tus ojos por primera vez. José Ángel Buesa - Poemas prohibidos (1959)
*Vivir es más que un derecho, es el deber de no claudicar ( Luis Eduardo Aute ) *Unos dicen que el paso acertado suele darse tan sólo una vez, me pregunto que tanto han andado los que siempre han hablado de pie (Alejandro Filio) *Si hay niños como Luchín que comen tierra y gusanos abramos todas las jaulas pa' que vuelen como pájaros.( Víctor Jara) *Solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes. ( Violeta Parra) *Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, ni el más claro proceder ni el más ancho pensamiento. ( Violeta Parra ) *En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad. ( Facundo Cabral ) *Cuando un amigo se va, queda un terreno baldío que quiere el tiempo llenar con las piedras del hastío. (Alberto Cortez) *Camina siempre adelante pensando que hay un mañana, no te permitas perderlo porque está buena ...
Porque yo estuve solo quiero pensar que tú estuviste sola. Que no te fuiste, que dormías. Que me dejaste sin dejarme, y me necesitabas para poder estar contenta. De cualquier modo, he recobrado mi lugar en el mundo: regresaste, te volviste accesible. Me devuelves el tiempo, el dolor, los caminos, la alegría, la voz, el cuerpo, el alma, y la vida y la muerte, y lo que vive más allá de la muerte. Me lo devuelves todo encarcelado en la apariencia de una mujer, tú misma, a la que amo. Volviste poco a poco, despertaste, y no te sorprendiste de encontrarme contigo. Y casi pude ver el último peldaño del secreto que subías al dormir, pues abriste —muy despacio, muy plácidos— tus ojos adentro de mis ojos que velaban. Rubén Bonifaz Nuño
Ni me vengo tan pronto ni la tengo tan gorda, ni consuelo de tontos ni ganas de palmar, los jamases que asumo los tiro por la borda, no me fumo las clases a la hora de olvidar. Con coimas insolventes se escayolan fortunas, ninguna guerra mola, no hay cruzada sin dios, aunque caigan más torres gemelas de la luna no es cómico este atómico vil ataque de tos. Porque chuzos de punta llueven puertas afuera y puertas más adentro tirita el corazón, y un pibe desnutrido dormita en la escalera y un paria embrutecido vomita en un galpón. Y el sexo es otra guerra incivil, la única guerra sin héroes ni vencidos ni mártires ni santos, si dos buscan lo mismo ¡qué dulce cuerpo a tierra! tan cerca del abismo, del éxtasis, del llanto. Deliran las campanas con mil gramos de fiebre, desguaza las ventanas un vendaval impío, los gurús posmodernos dan gato en vez de liebre, cuentan que en el infierno se pasa mucho frío. Parece que fue nunca, ¿se acuerdan de la colza? Kioto s...
La frase de la imagen es ilustrativa Volver al barrio siempre es una huida casi como enfrentarse a dos espejos uno que ve de cerca / otro de lejos en la torpe memoria repetida la infancia / la que fue / sigue perdida no eran así los patios / son reflejos / esos niños que juegan ya son viejos y van con más cautela por la vida el barrio tiene encanto y lluvia mansa rieles para un tranvía que descansa y no irrumpe en la noche ni madruga si uno busca trocitos de pasado tal vez se halle a sí mismo ensimismado / volver al barrio siempre es una fuga. Mario Benedetti
"Él me queria... Me quería de una forma rara de esas que hacen daño. Pero que a pesar de todo es adictiva...Teníamos formas diferentes de querer. Él me daba lo que le sobraba... Y yo... Yo le daba lo único que tenía". -Frida Khalo.
La frase de la imagen es ilustrativa NO pertenece a Mario Benedetti Tus ojos miran como dos latidos tu corazón no puede con su roca, tu memoria se tapa los oídos. Maldices aunque no muevas la boca, sigues comprando el surco y los matones, el azar, los desnudos y la poca vergüenza que te pisa los talones, sigues comprando hectáreas y tristezas. Pero son demasiadas emociones. Como todos, escondes tus flaquezas y tu memoria sabe lo que sabe. Llega la hora. Y además empiezas a crujir, enemigo. Eso es muy grave. Mario Benedetti