Anhelo
Sin saber como ni cuando,
Su compañero el dolor,
Amurada la dejó,
Despojando su equipaje
Absurdo e irascible,
Con la furia disfrazada de tristeza
Que su osamenta durante tanto tiempo soportó.
II
Escuchose en su canto un grito
como de llanto y liberación,
E inmersa en una imperturbable paz,
Flotando en un manantial
De diáfanas y apacibles aguas,
Su espíritu emergió
Y su sístole y su diástole
Volvieron a sentirse en su corazón.
III
Su sonrisa cálida y afable,
Abandonó el eclipse y
Y su magnetismo desplegó,
Embebida en alegría,
Su nueva vida germinó.
IV
Y en una transformada plenitud,
Abierta a la libertad
De sentirse etérea,
Irradió la inmensa luz
Que su mirada por tanto tiempo
inexorablemente ocultó.
L P