Te quiero

Te quiero, no sé cuántas veces más tenga que decirlo o sentirlo no sé si sea mutuo o no, ya no importa siempre te vas y vuelves a tu antojo, esperando que al regresar te encuentres con un catálogo o faceta que dejaste sin mirar atrás, nunca encuentras a una misma persona dos veces ni aunque vuelvas. Yo cambio, y tú también, sería bueno estar sujetos a lo estático o que por lo menos que dentro de esos cambios no se incluyan nuestros sentimientos.
No importa cuántas veces te vayas y regreses, no importa lo que me digan de ti, yo siempre he estado dispuesta a quererte como sea, y creo que de cierta forma no lo he dejado de hacer. Y tal vez eso es lo peor.
La ironía es simple, cada vez que me dispongo a olvidarte, busco nuevos rumbos y ya no quiero nada, es cuando presente quieres estar, y cuando yo quiero todo ya es tarde pues ya no quieres nada, creo que siempre para ti he sido vulnerable, no puedo prometerte no quererte porque sé que es una promesa de ante mano rota.
Sinceramente ya no sé lo que quieres, ya no sé lo que quiero al escuchar tu nombre siento mi alma un poco más desgarrada, y es que tienes esa maldita capacidad de hacerme sentir infinita y al segundo devolverme mis miedos al idealizarte con alguien más. Tú me has salvado de muchas batallas pero nunca estás conmigo en la guerra o tal vez tú eres la misma, porque estas matando todo en mí.
Y es que lo nuestro comenzó con una mirada fugaz y no me arrepiento, sería un error hacerlo. Me has envuelto en un mar de pensamientos de un ‘qué hubiera pasado si yo hacía esto’, o ‘decía aquello’, pero por más que quiera enmendar mis errores o cuanto piense en el pasado este ya nos dejó atrás para no volver, somos juguetes de las circunstancias, del tiempo, del espacio, estamos y al rato ya no, yo quería pasar este pequeño momento llamado vida junto a ti, pero quién sabe si tal vez quieras lo mismo, nunca sabrás a ciencia cierta cuanta felicidad me daba tenerte más que sea un ratito a mi lado, mirarte a los ojos y sentir como adentro todavía te tengo clavado hasta las trancas.
Las mejores cosas de la vida son las inesperadas, y te juro que tú me has tomado por sorpresa, quiero aprender a quererte, así de a poco, pero intensamente mientras dure. Tal vez seas mi mayor acierto o peor error, pero estaré eternamente agradecida por cuanto me has enseñado, principalmente por hacer de mis momentos ordinarios extraordinarios.
Espero que el sentir sea mutuo, espero que algún día te des cuenta de que podemos ser felices, pero sobre todo te des cuenta lo mucho que quisiera retroceder el tiempo para responderte esos te quiero con un yo también, y llenarte de besos, sentarnos en el tejado y ver como la noche se hace día, mientras escuchamos trova y me cuentes de tus gustos y del mundo que quieres cambiar.
Creo eternamente que nuestro karma es estar destinados a encontrarnos infinitas veces. Sería bueno que un día de estos dejes de ser esa utopía y te conviertas en mi única realidad, tendríamos tantas ventajas de tenernos el uno al otro. 
Cuando los juegos artificiales se desvanecen en el oscuro cielo lo único que espero es girar a ver tú rostro, iluminándome más que los mismos, creo que el destino ha planeado algo y por fin está de nuestro lado, lo creo por segundos, y luego te vas y me pregunto:¿Entonces estamos sentenciados a huir cuando algo marcha mal y enamorarnos cuando anda bien? ¿Es eso acaso o es solo repentinos antojos que debes en cuando se nos dan al vernos, Y por eso vuelves y por eso vuelvo? 
Se nos va la vida idealizándonos juntos, sin hacerlo posible. Infinito mundo con su gente, colores y alegrías, aún más infinito este nudo en mi garganta al verte por mi frente pasar y pensar que algún día lo nuestro va a resultar. Si, que infinito el mundo, pero cuando no te tengo, cuando te apartas apenas un metro, siento ese deseo de correr atrás de ti, abrazarte por la espalda hasta hacerte parte de mí y que tomes mi mano y sentir como con la mía se vuelven una sola. 
No sé cuánto nos quede por vivir, pero lo quiero descubrir todo junto a ti.

CIGT

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