Comenzar de nuevo.

Así la vi,
el viento rozaba su rostro
sus ojos, brillantes
como siempre.

Sus lágrimas finalmente se secaron,
ahora son piedras.

¡Hoy ríe!
con su rostro
que estremece al mundo;
está lista, lo sabe,

Comenzará de nuevo,
sin rencor que lastime
su hermosa alma.
G. H.

Entradas más populares de este blog

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Desamor

La misma pócima - Mario Benedetti

Cotidiana I - Mario Benedetti

Hilo rojo

De carne y hueso - Edgar Oceransky