Momentos pendientes - Fernando Delgadillo
Los días suceden a los días de hacer
y yo pienso tantas veces
no siento amar, soñar, tocar o andar
sino pretendo que lo hago contigo.
No veo ni en parques
ni en tardes de lluvia
sino como un signo la premonición
de algún encuentro ocasional
que siempre vaga en torno a ti.
No vi en el cauce de las avenidas
ni en el bullicio de cada café
ningún momento que fuera imposible
encontrarme contigo, quedarte de ver.
Y así transito calles que a tu lado,
se me revelan para recorrer,
por camellones, plazas y mercados,
por bancas de parque que nunca nos ven.
Los edificios y calles del centro,
tienen un tiempo diferente al nuestro,
los recorridos y pasos de gente
y más gente en aceras y en las coladeras.
Un metro que vive apestado y andando
y siempre vuelve donde comenzó,
del mismo modo que vuelve tu ausencia
a mi lado en cada sitio donde estoy.
Los edificios y calles del centro
me dan una visión atemporal
donde el momento que detiene un alto
invita a imaginar.
Cada quien tiene su propia lista
interminable de historias
que puede guardar
y un lugar que si comienzan contigo,
terminan sin ti,
son historia de nunca acabar.
Hay días que andando por Chapultepec
del lado viejo del bosque
veo que paseos y jardines,
glorietas y puentes.
Aún guardan encuentros
que no han sucedido,
momentos que siguen pendientes,
fragmentos de vida que andan por ahí,
del mismo encuentro ocasional
que siempre vaga entorno a ti.
no siento amar, soñar, tocar o andar
sino pretendo que lo hago contigo.
No veo ni en parques
ni en tardes de lluvia
sino como un signo la premonición
de algún encuentro ocasional
que siempre vaga en torno a ti.
No vi en el cauce de las avenidas
ni en el bullicio de cada café
ningún momento que fuera imposible
encontrarme contigo, quedarte de ver.
Y así transito calles que a tu lado,
se me revelan para recorrer,
por camellones, plazas y mercados,
por bancas de parque que nunca nos ven.
Los edificios y calles del centro,
tienen un tiempo diferente al nuestro,
los recorridos y pasos de gente
y más gente en aceras y en las coladeras.
Un metro que vive apestado y andando
y siempre vuelve donde comenzó,
del mismo modo que vuelve tu ausencia
a mi lado en cada sitio donde estoy.
Los edificios y calles del centro
me dan una visión atemporal
donde el momento que detiene un alto
invita a imaginar.
Cada quien tiene su propia lista
interminable de historias
que puede guardar
y un lugar que si comienzan contigo,
terminan sin ti,
son historia de nunca acabar.
Hay días que andando por Chapultepec
del lado viejo del bosque
veo que paseos y jardines,
glorietas y puentes.
Aún guardan encuentros
que no han sucedido,
momentos que siguen pendientes,
fragmentos de vida que andan por ahí,
del mismo encuentro ocasional
que siempre vaga entorno a ti.