Presagios



Él dejó aquel infinito que llevaba en el dedo,
un papel con el color nostalgia y un sin fin
de despedidas.
Cuando ella encontró la escena de aquel
adiós comprendió que nunca volvería ,
su orgullo no lo dejaría y consciente de su
partida, le pregunto al viento si aún la amaba
y supongo que la fría ventisca le respondió
que no .Oh amor de niños , que en una penumbra

se lanzaron cristales de hielo a quema ropa
y heridos de amor se tatuaron el tiempo.
El día del eterno adiós y los fantasmas de
los recuerdos decidieron rondar la fragilidad
de su mirada por unas cuantas eternidades .


                 Héctor H. Sernaque La Fuente
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