Habrá que vivir como antes de tus ojos de luna llena, de tus brazos como enredadera por mi espalda, de tus labios besándome el alma, de tus manos caminando por mi cuerpo. Habrá que volver a descubrir la vida. Habrá que vivir mintiendo en todos lados, a toda las gente, amordazándome el corazón, encadenando tu nombre, aprisionándolo para que no salga de mi boca, para que no escape y corra lejos porque —seguramente— iré tras él vomitando la verdad al perseguirlo. Habrá que vivir cuidándome de todo recuerdo y espejismo. Será necesario construir una muralla, sitiarme, ser exiliado del mundo. Sé que tu voz está allá afuera con la llave lista en el bolsillo. (Tendré entonces que cambiar mi cerradura) Habrá que vivir sin prisa alguna, caminar con paso lento adonde sea. Saúl Juárez