Introducción a la trova




Autor: Francisco Javier Paniawa.

Con una aspiración parecida a la que se necesita para apagar las velas de un pastel y un estiramiento de brazos como el de un superhéroe antes de volar, es como anuncio para mí mismo la finalización de las consultas. Casi siempre termino alrededor de las 2 de la tarde y esto me permite tener, una hora oficial para comer sin tener que deglutir como un náufrago que encuentra algo de comer después de días sin probar bocado. Sin embargo, terminar con la consulta externa no significa que acabaron las actividades del día. Los fines de semana, por ejemplo, es cuando tengo reuniones con los muchachos de la preparatoria popular, y la he denominado “Hora de la expresión”. Esta actividad consiste en el análisis de un tema de cultura general. La charla empieza casi siempre con alguna pregunta de los estudiantes.

El sábado pasado hablamos sobre música. Y el debate comenzó cuando Alan, un joven que cursa el segundo año de preparatoria y que además toca el teclado en uno de los grupos musicales que tiene el pueblo, me cuestionó sobre mis gustos musicales. Mencioné casi todos los géneros y al ver los gestos de extrañamiento en las caras de la mayoría de los muchachos, les reproduje en mi celular una canción que representaba al género musical que les iba mencionando. De pronto, Alan volvió a cuestionar:

–¿Doctor, y esas canciones que pone los viernes en la tarde para anunciar que ya regresó de su día de descanso, ¿de qué género son?

Sin levantar la mano, Julia expresó:



–A mí, con esas canciones que pone los viernes, me da mucho sueño, doctor, porque son bien tranquilas y creo que nada más se oye una guitarra y la voz del que está cantando.

Les respondí que esas canciones a las que se referían pertenecían al género conocido como Trova; y es con el que dije, me identifico.

–¿Y qué significa trova?, preguntó Julia.

–Trova viene del verbo trovar, que significa hacer versos; así que la definición del género musical trova es poesía con música; por lo regular son canciones que contienen una letra muy inteligente y cuentan diferentes situaciones, también se le conoce como música de protesta y al que toca y canta, se le llama trovador.

–Ni modo– le dijo Julia a Alan. –Ese género no es para ti; ya ves que son canciones con letras inteligentes y tú eres bien menso.

Casi al instante Alan replicó: Entonces por ser canciones de protesta sería tu género favorito, porque, ¡ah, como eres de rezongona!

Alan y Julia son hermanos. Al término de la risa generalizada, alguien más preguntó

–Pero díganos, doctor, ¿por qué son canciones inteligentes; hablan de cosas científicas o algo así?

–Muchas veces esas canciones incluyen en sus letras acontecimientos o términos, que si quienes las escuchan no tienen el conocimiento previo de poesía o de historia universal difícilmente podrán entender el mensaje.

El mismo que preguntó, propuso que les mostrara una canción donde se apreciaran las características que les mencioné del género.

–Que sea de su trovador favorito, agregó Julia.

–Mi trovador favorito se llama Silvio Rodríguez; él ha compuesto más de quinientas canciones; así que va a ser difícil elegir una; por lo que se lo dejaremos al azar, a ver Alan, dime una letra del abecedario:

–No se sabe ni el abecedario, –contraatacó Julia.

– C-, contestó Alan haciendo caso omiso del comentario de su hermana.

Deslicé mi pulgar de abajo hacia arriba en la pantalla de mi celular y me encontré con cuarenta y tres canciones que iniciaban con esa letra. Les pedí que dijeran otra letra.

–“i”, dijo alguien.

Tecleé las letras sugeridas y el reproductor ofreció la canción “Cita con ángeles”.

– Y en seguida se escuchó través de mis pequeñas pero efectivas bocinas las siguientes estrofas:

Desde los tiempos más remotos/ vuelan los ángeles guardianes/ siempre celosos de sus votos/ contra/atropellos y desmanes./ Junto a las cunas infantiles/ junto a los tristes moribundos,/ cuentan que velan los gentiles/ seres con alas de otro mundo.

Pausé la canción y les expliqué que surgió a partir de una imagen que Silvio Rodríguez, siendo todavía un niño, veía siempre en la pared junto a su cama. Esa imagen era una pintura muy famosa donde aparecen un niño y una niña cruzando un viejo puente de madera, y al fondo se ve un ángel con los brazos abiertos el cual se entiende, los está protegiendo.

–¡Sí, yo conozco ese cuadro! dijo Ingrid; –Hace mucho tiempo lo teníamos en un calendario pegado en la pared de mi casa.

Reanudé la canción:

Cuando este ángel surca el cielo,/ no hay nada que se le asemeje./ El fin de su apurado vuelo es la sentencia de un hereje./ No se distraiga ni demore,/ todo es ahora inoportuno./ Va rumbo al campo de las flores/ donde la hoguera espera a Bruno.

Les expliqué que Giordano Bruno fue un astrónomo, filósofo y poeta italiano que por sus ideas revolucionarias y científicas que contrariaban a las doctrinas de la Iglesia, ésta lo condenó y ordenó su muerte.

–¿La iglesia lo mando a matar?; preguntó Julia.

–Para ser precisos lo quemaron en una hoguera como dice la canción. En esa época, Julia, si alguien no estaba de acuerdo con lo que decía la Iglesia, se le consideraba un hereje y un grupo de personas que se denominaban La Santa Inquisición, que era como la policía de la Iglesia que perseguía a esas personas y las condenaba a muerte.

Se lanza un ángel de la altura,/ caída libre que da frío./ La orden de su jefatura/ es descender hasta Dos Ríos./ Es diecinueve y también mayo,/ monte de espuma y madre sierra,/ cuando otro ángel a caballo/ cae con los pobres de la tierra.



–Ese octeto se lo dedican a José Martí, que para Cuba representa lo que para nosotros Miguel Hidalgo, les señalé. Alguien más se dio cuenta que el primer verso de cada cuarteto rimaba con el tercero, y el segundo con el último.

Dicen que al filo de la una/ un angelote compasivo/ pasó delante de la luna,/ sobrevolando los olivos./Y cuentan que con mala maña/fue tiroteado su abanico,/ justo a la hora que en España/ se asesinaba a Federico.

–Federico fue uno de los más grandes poetas que ha tenido España; sin embargo al desatarse una Guerra civil en España, él fue fusilado a sus apenas treinta y ocho años de edad; un hecho lamentable por tratarse de un ser humano con grandes ideas en pro de la humanidad; por cierto, su nombre completo era Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca

Un bello arcángel aletea/ junto a un gran pájaro de hierro./ Procura que un hombre lo vea/ para ahuyentar cien mil destierros./ Pero el arcángel se sofoca/ y un ala azul se le lastima/ y el ave negra abre su boca/cuando atraviesan Hiroshima.

–Muchachos, en mil novecientos cuarenta y cinco, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, en Japón, provocando la muerte de cien mil personas aproximadamente

Dejando un surco luminoso/ por sobre Memphis, Tennessee,/ pasó volando presuroso/ un ser alado en frenesí./ Iba vistiéndose de luto,/ iba llorando el querubín/ iba contando los minutos de Dios/ y Martin Luther King.

En Estados Unidos, muchachos, hasta hace no mucho tiempo a la gente de piel negra se le trataba como esclavos, no tenían derechos como los tienen ahora, se les humillaba, se les discriminaba y no se les consideraba ciudadanos de ese país. Al que menciona la canción, Martín Luther King, se le reconoce como el iniciador de un movimiento social que finalmente trajo como resultado que la gente de color tuviera los mismos derechos que la gente blanca de Estados Unidos. Gracias a eso pudieron tener educación en las escuelas, trabajar, pero no como esclavos sino como gente que recibe un salario digno, así como derecho a votar y ser elegidos como representantes en el gobierno. Y un ejemplo claro es que en este momento los estadounidenses tienen a un presidente de color.

–¿Y por qué la canción dice que el ángel se iba vistiendo de luto, doctor?, preguntó Karen.

–Ah, porque a ese señor lo asesinaron durante un discurso que pronunciaba para exigir más derechos para la gente de raza negra. Por cierto, Martin Luther King, amaba la música. Tanto así, que lo último que pidió cuando yacía tirado en el piso a causa de los disparos que recibió, fue que uno de sus amigos, que era músico, cantara una canción que a él le gustaba mucho–.

–¡Ay doctor!, ¿Por qué siempre matan a esas personas que quieren hacer cosas buenas para los demás? Preguntó quejándose la misma chica que había cuestionado anteriormente.

–Tienes razón Karen. Siempre ha sido así; las personas que han querido cambiar el mundo terminan sacrificando sus propias vidas. Pero gracias a que han logrado cambiar el mundo, al contrario de morir, se vuelven inmortales.

El ángel pasa bajo un puente,/ después rodea un rascacielos./ Parque Central, lleno de gente,/no se da cuenta de su vuelo./ Cuánta utopía será rota/ y cuánto de imaginación/ cuando a la puerta del Dakota/ las balas derriben a John.

–¿Quiénes de aquí conocen a los Beatles? Pero nadie levantó la mano ante mi pregunta.

–A ver, todos miren la playera que trae su compañero Jaime. Esos son los Beatles. Y el que ven con los anteojos redondos se llamaba John Lennon. A él se refiere esa parte de la canción que acabamos de oír.

El mismo Jaime miraba con detenimiento su propia playera, la cual nos aclaró, se le había olvidado a uno de sus primos de la Ciudad de México, que vino de vacaciones la Navidad pasada.

–John Lennon, muchachos, a través de las canciones que componía y cantaba con su grupo, expresaba la necesidad de luchar por los sueños que tiene cada persona, estaba en contra de las guerras, del abuso de poder de quienes lo tienen, y, de muchas injusticias. Él soñaba e imaginaba también cómo podría ser un mundo mejor. La música de los Beatles y luego la de John como solista, llegó a todas partes del mundo, por lo que mucha gente empezó a simpatizar con sus ideas. Pero muchos otros, no. Un día, al salir del edificio donde vivía, el cual se llama Dakota, un sujeto se acercó y le disparó. Y con él murió, como dice ese fragmento de la canción, tanta utopía y tanta imaginación.



–¿Qué es la utopía?, preguntó Jaime.

–Son todas esas cosas que quisieras hacer, pero que la gente cree que es imposible de lograrlas.

Septiembre aúlla todavía/ su doble saldo escalofriante/ todo sucede un mismo día/ gracias a un odio semejante./ Y el mismo ángel que allá en Chile/ vio bombardear al presidente,/ ve las dos torres con sus miles/ cayendo inolvidablemente.

En este fragmento de la canción, Silvio se refiere a que en la misma fecha coincidieron dos acontecimientos lamentables. El primero, que tiene que ver con Chile, fue que en 1973; el presidente que en ese entonces gobernaba la nación. Fue sacado de poder mediante un golpe de Estado, mismo que se sabe, fue apoyado militar y económicamente por los Estado Unidos. El presidente en cuestión, que se llamaba Salvador Allende, falleció durante los ataques aéreos producto de ese golpe de Estado.

 Un once de septiembre, pero veintiocho años después, y como muchos de aquí ya lo debieron haber escuchado, Estados Unidos recibió un ataque terrorista en el que dos aviones fueron secuestrados para luego ser impactados en unos rascacielos de Manhattan que se conocían como Las Torres Gemelas. Miles de personas que en ese momento se encontraban dentro de esos rascacielos perdieron la vida.

Desesperados los querubes/ toman los cielos de la tierra/ y con sus lápices de nubes/ pintan adioses a las guerras./ El mundo llena los balcones/ y exclama al fin: esta es mi lucha,/ pero el señor de los cañones/ no mira al cielo ni lo escucha.

Pobres de los ángeles urgentes/ que nunca llegan a salvarnos./ ¿Será que son incompetentes/ o que no hay forma de ayudarnos?/ Para evitarles más dolores / y cuentas del sicoanalista,/ seamos un tilín mejores/ y mucho menos egoístas.

Vi en todas las caras el gesto de la comprensión, por lo que con esas dos últimas estrofas de la canción no fue necesario explicarles otro verso más. “Nos vemos el próximo sábado” les informé.

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