No es verdad.
El pozo, la casona
y una maltrecha higuera,
paraísos abuelos,
es todo lo que queda.
¿Es todo?
No es verdad,
cien fantasmas azules
mi morada rodean
y saltan a mi frente
y estallan en mis venas
que se agitan y cantan
con una sangre nueva.
Las lluvias del olvido
no apagan las estrellas.
Gerardo Molina
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