Miércoles
Miércoles, lluvioso, frío,
Aún así, Lanús se ilumina
ante la impunidad con que
tus ojos me desnudan.
Tu sonrisa desafiando la mía,
tus besos recorriéndome lentamente
y el deseo apoderándose de mí.
Nuestros cuerpos entrelazados,
entregados al placer y al amor,
y descubro que el cariño más puro,
más abnegado, que siento hacia
todas tus cosas, te lo entrego
con mi cuerpo que también
te ama locamente.
Sin avergonzarme…
nunca avergonzarme del deseo de ti.
Tu piel y mi piel
queriendo detener el tiempo,
atravesando mis entrañas
con tu daga letal y en ese instante
sentir una a una fundirse
nuestras células en la envestida final.
Entonces sí, la calma,
la paz sin condiciones,
mis caricias y tus besos,
Decirnos te quiero,
¡sí, te quiero !
y que no importe más que eso.
Laura Roda