Quien más, quien menos - Joaquín Sabina
Quien más, quien menos
tiró una vez la casa por la ventana,
se tatuó en las sienes una diana
probó un veneno,
Quien más, quien menos
se ha tomado a sí mismo como rehén
y tiene una conciencia todoterreno
del mal y el bien,
Pero yo fui más lejos,
metí un palo en la rueda de la fortuna
bajé al sótano en busca de un mal consejo,
usé tus puñaladas como vacuna.
Ni un paso atrás,
mi espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en el tango y otro en el ojalá
Quien más, quien menos
pagó caras 500 noches baratas
y cambió a la familia por dos mulatas
de culo obsceno.
Quien más, quien menos
se agarró a un clavo ardiendo por no caer
acribillado a besos como un John Lennon
de Lavapiés.
Pero yo fui más lejos,
le adiviné las cartas al adivino
aposté contra mí por no hacerme viejo
en la ruleta rusa de los casinos.
Ni un paso atrás,
mi espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en la rumba y otro en el nunca más.
Pero yo fui más lejos,
me dio por confundir el cuándo y el dónde
me disfracé de sabio frente al espejo
busqué dentro del alma lo que se esconde.
Ni un paso atrás,
la espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en el mambo y otro en el más allá.
se tatuó en las sienes una diana
probó un veneno,
Quien más, quien menos
se ha tomado a sí mismo como rehén
y tiene una conciencia todoterreno
del mal y el bien,
Pero yo fui más lejos,
metí un palo en la rueda de la fortuna
bajé al sótano en busca de un mal consejo,
usé tus puñaladas como vacuna.
Ni un paso atrás,
mi espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en el tango y otro en el ojalá
Quien más, quien menos
pagó caras 500 noches baratas
de culo obsceno.
Quien más, quien menos
se agarró a un clavo ardiendo por no caer
acribillado a besos como un John Lennon
de Lavapiés.
Pero yo fui más lejos,
le adiviné las cartas al adivino
aposté contra mí por no hacerme viejo
en la ruleta rusa de los casinos.
Ni un paso atrás,
mi espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en la rumba y otro en el nunca más.
Pero yo fui más lejos,
me dio por confundir el cuándo y el dónde
me disfracé de sabio frente al espejo
busqué dentro del alma lo que se esconde.
Ni un paso atrás,
la espada de Damocles era afilada,
cortaba en dos mitades la madrugada,
un pie en el mambo y otro en el más allá.
Joaquín Sabina - Disco : Lo niego todo
También te puede interesar : Calle Melancolía