Éramos

Regálame
aquella tibia mirada
aquella última
aquella que nos dedicó la despedida.

Era domingo
éramos tú, yo, un amor destruido y dos vasos vacíos
finalmente éramos.

Regálame
la inútil paciencia mía
esa que ahora descansa eterna
junto a mis cenizas.
James Rodd

Entradas más populares de este blog

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Escondido y lejos

Poema 4 - Pablo Neruda

Desvelo

Digo que no puede decirse el amor... - Jaime Sabines

Hilo rojo