La espera


Este deseo de dejarme ser
sin tenerte cerca
este cansancio de ver tu rostro
entre los rostros
este anhelo de beber tus lágrimas
y tragar tu olvido.
El dolor me busca, solo el dolor

mujer, y ese será tu nombre:
tus manos han sido espinas sin rosas
tu boca agotó la miel de mi vida
y ahora yo sollozo amargos pesares.

Este cielo que te oculta entre las nubes
sol enorme que una vez me alumbró
y ahora tan solo la fría luna me baña
de su luz prestada, que es tu luz,
siempre eres tú, y es tu nombre
sobre el mío.

Las lumbreras se apagan
y yo soy tan pequeño
entre los seres que pueblan
este mundo gris.
Pero si alguna vez me llama
esa voz, aun tenue de dolores
yo regresaré hasta de la muerte
abrazaré sus tristezas
y colgaré de su frente una risa
que ningún ser pueda arrancar.

Porque si busca el amor
yo tomaré su mano
y le llevaré a mi cielo
allí donde siempre estuviste.
José Quirós

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