La ingrata



Usted no sabe el desorden de emociones que me provoca su sonrisa

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¿Llamarla? quizás en sus sueños, quizás en esta vida, quizás en otra vida, no soy el valiente que quizás esperas, pero soy alguien que arriesga su vida por tan solo una sonrisa, ella no es mía, ni lo será de nadie, ella no tiene dueño ni le pertenece a nadie, ella es del viento, ella es indomable, ella es la fiera que todo hombre quiere amansar, pero en el intento se echan para atrás, ella no es para nadie, ella es de ella misma.

No intento acercarme, pero intentaré mirarle a los ojos, y cuando eso suceda espero no se asuste la fiera, pues nadie sabe a quién mira o que otro tipo de demonio puede encontrar en el camino,
no soy simplemente un artista, más que eso, soy un soñador, un hombre con convicción y ambiciones.

Mi más bella ambición está ahora siendo presa de los brazos del viento que sutilmente le abrazan la acaricia y le hace el amor como nunca mientras cierra los ojos y se deja llevar por el único viento capaz de acariciarla sin terminar lastimado en sus garras.
Ella es aire, ese aire que respiro y cuando me ignora me quita su aire, ella no es mía ni lo será de nadie, pero en mi mente me despierto y lo más bello que tengo es su sonrisa, sonrisa de demonio, sonrisa de afecto, sonrisa que a mí mismo me ha dado un suspiro y si con esto no rimo es porque mi mente está cansada pero mis brazos están abiertos por si en algún momento ella agoniza…

Mánu Ortega

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