Eternamente tuya



En silencio, sin prisa
pero sin pausa,
con todos los sentidos,
desde cada punto,
desde cada centímetro
de nuestra geografía.
¡Nos hemos saboreado,
nos hemos amado tanto!
Y como mudos testigos
de nuestro amor eterno,
el sol, la lluvia, el viento,
que lo vieron crecer.
Robándole las tardes al día
haciendo de esas horas
tan nuestras…
Una dulce melodía,
creando a cada instante
infinitos momentos.
Y el milagro se dio
sin pedirnos nada,
entregándolo todo,
devorando el tiempo
con desatada pasión.
Para descubrirnos juntos,
para sentirnos vivos
y saberme por siempre
eternamente tuya.
Laura Roda

Entradas más populares de este blog

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Poema 4 - Pablo Neruda

Escondido y lejos - Mario Benedetti

Hilo rojo

Digo que no puede decirse el amor... - Jaime Sabines

Fuego mudo - Mario Benedetti

Escondido y lejos